Del Diario Hastío
En una frontera indecidible entre el diario personal y el libro de aforismos, los cuadernos que jalonan Del Diario Hastío anotan a lo largo de nueve años el reflujo del insomnio en la noche de los días, describiendo el laberinto circular de una conciencia que se resiste a sus propias formas y querría reinventarse por entero. La duda incansable, el desencanto radical, la indiferencia intolerable, los apegos y los ascos, la pérdida y la recuperación del sentido, el cuestionamiento de lo hecho y el barrunto entrecortado de una posibilidad de esperanza, configuran el paisaje sublunar donde Freddy Ñáñez elabora su filosofía deliberadamente salvaje, en una prosa minimista detenida con fría lucidez en el umbral mismo en que el instante pasa para hundirse en la nada. Libro-proceso, invitación al pensamiento y al rastreo minucioso de las génesis, el Hastío de Ñáñez se debate y bascula entre la apatía y el entusiasmo, el escepticismo y el compromiso, el desaprendizaje de todas las escuelas y la toma de partido por el temblor y el grito del cuerpo como fuente verdadera de toda poesía.